Con las bragas en la mano

 Ahora no puedo acordarme en que torneo fue, seguramente una Copa Federación, es Copa Davis femenina que durante muchos años nos hizo vibrar gracias a la entrega de esta luchadora de la tierra batida que ha sido Arantxa Sanchez Vicario. El escenario el Real Club de Tenis Barcelona el gran emporio del tenis español.

 La fotografía deportiva me ha permitido seguir muy de cerca el deporte de élite  aprovechando además una época muy bonita en la que había una gran complicidad entre la prensa y los deportistas, una proximidad desinteresada que hoy sería inviable. Eso me ha permitido vivir grandes momentos de la vida de los deportistas, participar de sus victoria y compartir sus fracasos, que eso también cuenta. Siempre con unos cuantos kilos de teleobjetivos y pesadas cámaras para no perderme los mejores momentos. 

Estas tres fotografías no se han publicado jamás en ningún medio de comunicación. Esta ráfaga que demuestra sin duda la entrega y la lucha hasta la extenuación de Arantxa la he preservado hasta ahora que la deposito en mi modesto blog en un momento en que la tenista ha explotado y se ha rebelado contra su entorno, el que la llevó a conseguir los más grandes triunfos y el que ahora la tiene asfixiada economicamente. Juro por mi honor que pocas veces he hablado con el matrimonio Sanchez Vicario, algunas veces lo he hecho con Elvira Vazquez, pero mucho con Arantxa. Una chica segura de si misma que a pesar de  no tener la estatura física de sus rivales si tenía la estatura moral, la fuerza interna y el coraje para pasar a la historia como la mejor tenista española de todos los tiempos.
Nuestra última gran noche fue en Paris 1998, tras ganar su segundo Roland Garrós armamos una comité de festejos junto su entonces marido y compañero mío del diario Sport Joan Vehils, Miguel Rico y Jose Luis Carazo. Estábamos cubriendo la información del Mundial de Fútbol y la coincidencia nos llevo a pasar una noche de locura en Paris, algo inenarrable pero que me hizo descubrir el lado femenino y humano de Arantxa. 
No se si enseñar las bragas de una chica se pueda considerar un homenaje, pero os juro que, sabiendo lo luchadora que ha sido en la pista,  conseguirá que de una vez por todas su entorno la trate como una mujer de pies a cabeza, y me ha parecido oportuno dar la luz a unas fotos que he preservado como un tesoro. Es digna de salir como reza la grosera expresión: Con las Bragas en la mano!